Desde épocas históricas, la ciencia se ha preocupado por conocer la esencia del hombre en sí mismo. Filósofos, antropólogos, etcétera, han indagado sobre ese misterioso mundo en el que, desde siempre, se ha visto envuelto el individuo, movidos únicamente por el propósito de descubrir toda una serie de facultades de las que está en posesión el hombre y que él mismo desconoce.
Desde épocas históricas, la ciencia se ha preocupado por conocer la esencia del hombre en sí mismo. Filósofos, antropólogos, etcétera, han indagado sobre ese misterioso mundo en el que, desde siempre, se ha visto envuelto el individuo, movidos únicamente por el propósito de descubrir toda una serie de facultades de las que está en posesión el hombre y que él mismo desconoce.
Resulta ridículo pensar que ni el mismo ser humano sepa con certeza lo que es, cada día estamos más alejados de comprender nuestra esencia. Es por ello por lo que el mundo científico, partiendo de métodos experimentales, intenta introducirse en la mente humana para que esta proyecte en el exterior toda la información que mantienen almacenada y que aún permanece desconocida.
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